JUNIO 2010


Estas líneas deberán leerse necesariamente el 25 de mayo de 2110.

Se pretende que deje un testimonio del paso del Bicentenario de la Revolución de 1810 por nuestra patria chica, Ituzaingó.
Trataré de estar a la altura que estas circunstancias requieren y que los vecinos memoriosos aconsejan.
2 veces 100 años no pueden haber pasado desapercibidos por una ciudad –que revolución de los autonomistas mediante- cumple el 10 de diciembre 15 años.
Una ciudad que supo de cabildos abiertos en ocasión de estafas cloacales y de división de municipios.
Una ciudad que repartió escudos y no escarapelas de la mano de Teresa Cozza de Fumegas.
Una ciudad que a pesar de sus gobernantes, sueña con una identidad propia, porque también sus hijos somos descendientes de los que como colonos vinieron de los barcos.
Una ciudad tan añorada por los que tuvieron que emigrar por otro tipo de amores o motivos particulares.
Una ciudad que por joven todavía desperdicia una ubicación geográfica estratégica entre Gaona y el Buen Ayre.
Una ciudad que desea instituciones trabajando ni peleadas ni pegadas con el poder de turno.
Una ciudad con edificios elegantes bien distribuidos y muchas calles arboladas y plazas para disfrutar.
Una ciudad que explote en todos sus barrios las manifestaciones culturales que tenemos en nuestra genética con un Estado municipal expectante y para nada espasmódicamente omnipresente.
Una ciudad que teniendo en su nombre todas las vocales menos la E, la compense con un Estado Eficiente con Energía y en definitiva Emprendedor.
Es nuestro deseo de cara al próximo Centenario con la esperanza de que comience a plasmarse con un cambio en las próximas elecciones del 2011.

Nota: Si usted llegó hasta aquí es debido a su impaciencia, por lo tanto es probable que no haya alcanzado a comprender la esencia de lo que nuestro director trató de volcar en este editorial.

Daniel Jorge Galst